ELPAISAJE COMO SIMBOLO


Zeinab Bulhossen da inicio a su trabajo artístico hacia 1990 utilizando medios tradicionales como el dibujo. Luego en los años 2000 comienza a experimentar con video y fotografía perfilando lo que será su lenguaje visual.  Desde entonces ha participado en numerosas exposiciones colectivas, en salones y bienales nacionales e internacionales y ha realizado dos exposiciones individuales, Una propuesta al margen, 2003 y Lluvia continua, 2009, ambas en la Sala RG del Centro de Estudios Rómulo Gallegos. Es importante mencionar su desempeño por más de diez años,  como docente en una escuela de la Parroquia La Vega, experiencia que la pondrá en contacto con las problemáticas de los barrios y sus comunidades, y que marcará su práctica artista.

En la exposición Belleza Crítica, en los espacios de Abra, Caracas, Bulhossen trabaja las narrativas del paisaje urbano. Su acercamiento da cuenta de su aguda observación para captar realidades imperceptibles al transeúnte que ella torna visibles con sus intervenciones. Lo particular de esta intervención, es que nos incita a pensar en las posibilidades que la ciudad encierra.  Zeinab extrae del entorno caótico y desgastado de Caracas, metáforas y alegorías que por contraste aluden poéticamente a la presencia de la vegetación y la revierte como hecho identitario, de pertenencia a un lugar; los árboles seleccionados, apamates, araguaneyes, bucares o acacias hacen referencia a la flora nacional que en un tiempo solía distinguir a la ciudad. Otro tema que subyace en la propuesta, es el desplazamiento, Bulhossen advierte que habitar la ciudad no consiste en transitar los espacios de un sitio a otro, sino en el reconocimiento del paisaje durante el tránsito. Con estas operaciones, cuestiona las pretensiones metodológicas del diseño urbano y sus jerarquías que ignoran lo simple pero primordial como el área necesaria para el crecimiento de ramas y raíces de los árboles sembrados sobre las aceras o el mantenimiento de las vías. Para Bulhossen la pérdida de sentido de la convivencia con el entorno parece generar un caos y desconcierto colectivo. La narrativa del desarraigo es pues una preocupación constante en el conjunto de obras que nos presenta.

La exposición se desarrolla en tres momentos o series, un mosaico de grupos fotográficos titulado Flores en el asfalto donde interviene las aceras con la característica pintura amarilla o recalca con flores el deterioro del pavimento. Un gran mural con hojas de distintos árboles impresas directamente sobre el papel con tinta violeta como un sello único, irrepetible, y una de serie de troncos cortados estampados sobre tela cruda que semejantes a un sudario, testimonian el talado sistemático.  Para la realización de estas fotografías e impresiones, Zeinab ha retomado los recorridos a pie y se ha valido de estrategias de realización in situ. Ha establecido una mecánica rápida y eficiente para captar los registros de los árboles caídos o ignorados que como titanes, alguna vez fueron símbolo y resguardo de la ciudad.

Tahía Rivero
Caracas, Mayo de 2016